miércoles, 15 de enero de 2014

LA DICTADURA DE LAS PALABRAS

El consejero de economía del Gobierno de Aragón ha presentado un nuevo plan de formación, impulsado por el Gobierno de Aragón. Alude el ínclito servidor público que el plan de formación trata, entre otras cosas pero principalmente, de "aumentar la competitividad de los trabajadores". Es muy probable que a gran parte de la población estas palabras no le evoquen nada, le resulten planas e inocuas, y no advierta en ellas nada que tenga que ver con algo perverso. Más bien al contrario, las aceptará como algo natural. Se equivoca. 

Las palabras han sustituído, principalmente, a las armas coo método de imponer una cultura, una política o. como es el caso, un programa completo de sociedad basada en la acumulación de unos pocos por desposesión de la mayoría.

Es vital que nos demos cuenta de eso, de que nos han robado las palabras, y que a través del lenguaje nos han "programado" para provocarnos una especie de esclavitud consentida o de indefensión aprendida. Descubrir a los impostores es vital, después de darse cuenta de que lo son. El lenguaje de la empresa, del capital, introducido en el acerbo popular es un tremendo caballo de Troya que nos provoca perpejidad, al principio, y que nos adormece después de ayudarnos a desparender un millar de cosas y de conceptos que nunca deberíamos olvidar. el lenguaje de la empresa busca que el individuo se crea en un campo de batalla en el que todos son los enemgigos. Sus iguales pelean denodadamente todos los días por usurparle un puesto de trabajo y la individualidad es la única manera de sobreponerse a eso. Ser el mejor, ser más competitivo, como una empresa, es la única forma de tener un hueco en la Sociedad y no onvertirse en un perdedor. Expresiones en apariencia también planas e inocuas como "capital humano" nos ayudan a entender que la fuerza del trabajo está ya deshumanizada, que no ofrece nada más que plusvalías a los empleadores y que eso es todo.

Desde luego, leyendo periódicos, viendo la televisón u oyendo la radio no nos vamos a proteger de las palabras, es más, las vamos a asimilar de una forma natural, introducidas con vaselina por las fallas que deja abiertas nuestra mente. Las fallas de la falta de tiempo para la reflexión y la lectura, de las prioridades que la sociedad de consumo impone en nuestras vidas, de la colonización de nuestra mente por el miedo a perder el trabajo o a no encontrarlo, etc.

La "granja de animales" que ha construído el capitalismo se retroalimenta constantemente de nosotros, y nosotros alimentamos de esa misma indefensión aprendida a nuestra descendencia, creando un círculo virtuoso en el que la élite va a imponer su "reich del milenio".








lunes, 14 de octubre de 2013

EL ULTRALIBERALISMO PASÓ AL ATAQUE

El psicólogo Daniel Gilbert dijo que "estamos dormidos en una cama en llamas". Las llamas son las de una III Guerra Mundial gestada en los albores de los años 70' del siglo pasado, época en la que el gran capital se dió cuenta de que tenía un problema. Su prestigio social en el mundo desarrollado decaía y el emergente estado social hurtaba grandes parcelas de negocio. Asímismo, la sobreproducción, el geométrico incremento de la población mundial y las restricciones a la libre circulación de capitales, estaban siendo un estorbo que "convenía" eliminar. El Imperio, EE.UU., estaba viendo, con vista a los cincuenta próximos años, su hegemonía contestada y altas probabilidades de que el mundo se orientalizara. Cuando los poderes fácticos se dan cuanta de que tienen un problema ponen el alma para solucionarlo. 

Eugene Sydnor Jr. era en 1971 Director de la Cámara de Comercio de los EE.UU. Por encargo recibió de Lewis Powell un informe cuyo título era "Memorando confidencial: ataque al sistema americano de libre empresa". Por si alguien no lo sabe aún, cosa bastante probable, la acepción "libre empresa" es un eufesmismo de capitalismo, palabra proscrita que siempre se ha camuflado y ocultado, por incómoda. Este Memorando acababa con una manifestación sorprendente que explica por qué el gran capital se creía en problemas: "..., el mundo de los negocios y el sistema empresarial están en serios problemas, y el tiempo apremia". Los consejos de Powell, como siempre pasa por estas cosas, ya venían con vocación de ser escuchados. Este manual trataba de proyectar a EE.UU. y al capitalismo en un mundo nuevo, una nueva era, y ellos iban a ser los encargados de crearla. El capitalismo, en EE.UU. y el mundo occidental, debía afrontar su nuevo despegue con la construccón de una sociedad neofeudal, basada en, como plantea David Harvey, la acumulación por desposesión y, por supuesto, en la propaganda, el miedo y la educación. En el siguiente link http://rebelion.org/noticia.php?id=158701 se accede al contenido de ese libelo. Lewis Powell, en un pormenorizado y críptico recorrido por todas las posibles líneas y campos de actuación del ultraliberalismo, hace primero un diagnóstico del problema, y continúa con el papel de la Cámara de Comercio, la doctrina ultraliberal en la universidad, incluso ya en las enseñanzas medias, la selección ideológica del profesorado, por supuesto los libros de texto, las escuelas de negocio, los medios de comunicación, las revistas científicas, los libros, la política, la judicatura, la libertad y la guerra. En suma, un museo de los horrores encaminado a la maximización del beneficio, sin que se note. Es imprescindible su lectura, no porque aquí se diga, sino porque historiadores de talla mundial de Josep Fontana han destacado este Memorando como el inicio, el pistoletazo de salida, de lo que hoy llaman "crisis económica", una guerra mundial sin bombas.

Estos auténticos revolucionarios se dedicaron durante los 30 años buenos del estado del bienestar en EE.UU. y Europa, excepto en España, Portugal y Grecia, a ganarse al pueblo dándole capacidad de compra aún a costa de un pequeño sacrificio, tener menos beneficios y dejar que los estados gestionaran múltiples servicios. El magnate Henry Ford lo expuso con claridad, cuando dijo que necesitaba pagar bien a sus obreros para que pudieran comprar sus coches. Dar para quitar en el futuro, provocando un estado de pánico, indefensión y paralización en la diseñada y ficticia clase media, garantizándose la imprescindible ausencia de contestación social. Su triunfo es sin paliativos, es más, la propaganda capitalista proyectada sobre todo a través de los medios de comunicación de masas, provoca que las clases populares den palos de ciego, y encuentren responsables en los que tan solo son cooperadores necesarios en la destrucción de la sociedad tal y como la conocemos. El que encuentra e identifica el problema tiene pocos altavoces a su disposición. Sus libros, si tiene oportunidad de que le sean editados, no estarán en las bibliotecas públicas y tendrán un precio disuasorio para quienes sus prioridades máximas pasen por asegurarse la manutención. Sus publicaciones en internet tendrán una difusión muy restringida y sus argumentos serán atacados sin piedad por los voceros del capital, amables economistas y políticos que, mirando a los ojos del humilde, le dice: "has vivido por encima de tus posiblidades" y "todo se está reestructurando para que en un futuro volvamos a estar bien".  

Vicente Verdú dice que el miedo es la materia prima que primero une a los seres humanos, y añado, solo puede tener miedo quien tiene algo que perder. En España, como en el resto de Europa, aún queda mucha gente que tiene mucho que perder, y que encima no sabe que le pasa, ni quien le ataca, o cree saberlo y yerra. Ese caldo de cultivo permite consolidar el nuevo feudalismo y sentar las bases de un mundo nuevo. El capital, además se ha dado cuenta que en esta nueva etapa ya no necesita consumidores. La economía productiva es costosa de mantener y tiene bicho, el trabajador. La especulación con el precio futuro de los alimentos, matando de paso a millones de personas aumentando el precio del trigo. Y si el capital se ha dado cuenta de que los consumidores somos supérfluos, tenemos en grave problema, comparable al de una guerra. Incluso para los empresarios, los de verdad, los que han hecho de un negocio un medio de vida. Para esos también pintan bastos, aunque no lo sepan o no quieran darse cuenta.

En suma, el ultraliberalismo se ha impuesto, sin contestación, sin un solo discurso de legitimación, solo a base de propaganda y miedo, y está arrasando con todo y eliminando lo supérfluo, sobre todo, las personas y el trabajo.

martes, 20 de marzo de 2012

A UN MES VISTA DE LA REFORMA LABORAL

Según datos de la Consejería de Trabajo de Cataluña, los ERE se han triplicado desde la entrada en vigor de la Reforma Laboral del Gobierno del PP, en comparación con el mes anterior al de su entrada en vigor.

A pocos se les puede escapar, salvo a los que prefieren huir de la realidad para ser más felices, que los empresarios españoles y las multinacionales que operan en nuestro país estaban esperando esta reforma laboral como se espera ver llover en Aragón desde hace meses. La devaluación del factor trabajo alcanza con esta reforma límites impensables hace poco, y las barreras legales y adminsitrativas que impedían que el empresario impusiera su “santa” voluntad, están desaparecidas.

Un ejemplo real. Finales del mes de febrero, empresa de unos diez trabajadores del sector de artes gráficas, ubicada en Zaragoza. El empresario anuncia al delegado de personal que va a presentar un ERE de 200 días de suspensión de contratos para cada uno de los trabajadores. Entrega al delegado de personal cuatro papeles contados con información económica de la empresa. El ERE no se sostiene jurídicamente por ningún lado (antes de la reforma se han combatido con éxito muchos de esos), pero el delegado de personal y el sindicato ya no tienen a quién acudir para contárselo. La Subdirección Provincial de Trabajo ya no intervendrá ni decidirá. Los trabajadores se muestran indignados y el delegado transmite al empresario ese malestar. La respuesta del empresario es, saltándose al delegado de personal, entrar en el taller y decir a los trabajadores: “Si no os gusta el ERE no tengo ningún problema. Lo retiro pero a continuación os descuelgo del salario del convenio y os pongo a todos a Salario Mínimo Interprofesional”. Los trabajadores, lejos de indignarse más o movilizarse, obligan al delegado de personal a firmar el ERE.

La reforma laboral no busca crear empleo ni a corto, ni a medio ni a largo plazo. Eso lo saben bien quienes la han ejecutado y quienes la han forzado. La reforma laboral, junto con el deterioro de los servicios públicos, busca la devaluación de la mayor parte de la ciudadanía, los trabajadores, como forma de competir en el mundo globalizado.

Ese es el modelo de país que quieren unos pocos y precísamente el modelo que el movimiento sindical, junto con las clases trabajadoras, debemos combatir. Para ser productivos no nos tenemos que empobrecer. Es, simplemente, mentira.

CRISIS, ¿QUÉ CRISIS?

Los denominados “años buenos” para el Estado del Bienestar y los derechos de los trabajadores fueron los comprendidos entre 1946 y 1975, curiosamente, años en los que los españoles vivíamos sometidos por una dictadura que ha provocado un retraso social, económico, cultural y productivo que hoy nos pasa más factura que a otros países de nuestro entorno.

El Estado del Bienestar, y por tanto el aumento de los derechos de las clases populares en el mundo industrializado, comenzó cuando los trabajadores empezaron a representar una seria amenaza para los intereses capitalistas. Este “miedo” de los poderes económicos y políticos queda representado en la frase que Dwight Eisenhower escribió en 1954: “Si algún partido político intentase abolir la seguridad social, el seguro de desempleo, y eliminar las leyes del trabajo y los programas agrarios, no volverías a oír hablar nunca más de ese partido político. Por supuesto que hay un minúsculo grupo que supone que se pueden hacer esas cosas, sobre todo de entre los hombres de negocios. Pero su número es desdeñable y son estúpidos”.

¿Cuándo y cómo empezó a cambiar todo? ¿En que momento los que creían que todas esas cosas podían hacerse se convirtieron en mayoría frente a los que pensaban como Eisenhower? En 1971, y en el seno de una comisión mundial del comercio, se advertió sobre el avance de las ideas contrarias al “sistema de libre empresa”, y se propuso una campaña para combatirlas, sobre todo en el terreno de la educación. Un empresario dijo: “Pero no deberíamos desechar la acción política mientras aguardamos el cambio gradual en la opinión pública, que debe lograrse a través de la educación y la información. El mundo de los negocios debe aprender la lección. La lección de que el poder político es necesario; que este poder debe ser asiduamente cultivado y que, cuando sea necesario, debe ser utilizado agresivamente y con determinación”.

La educación, la utilización del lenguaje y los medios de comunicación, han sido los arietes con los que los poderes económicos han derribado las barreras mentales de la clase trabajadora, y por tanto nuestra fuerza.

Combatir todo esto es lo que nos permitirá ver la luz.

LOS TRABAJADORES COMO AMENAZA CREÍBLE FRENTE AL CAPITAL

Los denominados “años buenos” para el Estado del Bienestar y los derechos de los trabajadores fueron los comprendidos entre 1946 y 1975, curiosamente, años en los que los españoles vivíamos sometidos por una dictadura que ha provocado un retraso social, económico, cultural y productivo que hoy nos pasa más factura que a otros países de nuestro entorno.

El Estado del Bienestar, y por tanto el aumento de los derechos de las clases populares en el mundo industrializado, comenzó cuando los trabajadores empezaron a representar una seria amenaza para los intereses capitalistas. Este “miedo” de los poderes económicos y políticos queda representado en la frase que Dwight Eisenhower escribió en 1954: “Si algún partido político intentase abolir la seguridad social, el seguro de desempleo, y eliminar las leyes del trabajo y los programas agrarios, no volverías a oír hablar nunca más de ese partido político. Por supuesto que hay un minúsculo grupo que supone que se pueden hacer esas cosas, sobre todo de entre los hombres de negocios. Pero su número es desdeñable y son estúpidos”.

¿Cuándo y cómo empezó a cambiar todo? ¿En que momento los que creían que todas esas cosas podían hacerse se convirtieron en mayoría frente a los que pensaban como Eisenhower? En 1971, y en el seno de una comisión mundial del comercio, se advertió sobre el avance de las ideas contrarias al “sistema de libre empresa”, y se propuso una campaña para combatirlas, sobre todo en el terreno de la educación. Un empresario dijo: “Pero no deberíamos desechar la acción política mientras aguardamos el cambio gradual en la opinión pública, que debe lograrse a través de la educación y la información. El mundo de los negocios debe aprender la lección. La lección de que el poder político es necesario; que este poder debe ser asiduamente cultivado y que, cuando sea necesario, debe ser utilizado agresivamente y con determinación”.

La educación, la utilización del lenguaje y los medios de comunicación, han sido los arietes con los que los poderes económicos han derribado las barreras mentales de la clase trabajadora, y por tanto nuestra fuerza.

Combatir todo esto es lo que nos permitirá ver la luz.

miércoles, 17 de agosto de 2011

CRISIS PLANIFICADA

Las crisis económicas, las recesiones y las depresiones pueden advertirse, y son advertidas a tiempo siempre. La ausencia de medidas para evitarlas es muy lucrativa para unos pocos, poco más de 1.000 personas en todo el mundo. Las causas de las guerras, las revueltas sociales, el terrorismo, se justifican en la religión, el fanatismo, la raza. La invasión de Irak y Afganistán se justifican con la libertad y la democracia. La austeridad es necesaria para salir de la crisis. La corrupción, los salarios de los funcionarios, que los extranjeros vayan mucho al médico, los salarios de los servidores públicos, los sindicatos, la corona, los partidos políticos. ¿Se para alguien a pensar a quienes benefician que interioricemos todos estos dogmas y debates improductivos que desvían nuestra atención del verdadero drama? Y, ¿cual es el drama? Que el desempleo, la pobreza, la miseria, el hambre y la muerte se extienden por el globo, y que todo ello está milimétricamente planificado.

LA AUSTERIDAD. LO CONTRARIO DE LO QUE NECESITAMOS

La austeridad es mala para los negocios, como bien saben los empresarios. Es un obstáculo para la recuperación de la economía y el consumo. Por cada euro de reducción de gasto por las administraciones públicas, 1,5 euros salen de la economía real. Igual con respecto al techo de gasto y el techo de deuda. Usted, ciudadano, ¿sabe por qué es necesario e imprescindible establecer un techo de gasto y de deuda? ¿Se lo ha explicado alguien? Pues no lo tenga por dogma de fe. No, no vale decir que todos nos engañan, porque los que tienen los instrumentos para urdir los engaños masivos no salen por televisión ni se sientan en las instituciones. La austeridad conduce al desastre. Las clases populares somos, estamos siendo, extorsionados, chantajeados y sometidos. Todo con la excusa del empleo (¿qué tipo de empleo?), la salida de la crisis (crisis, ¿qué crisis?) y el mantenimiento del estado del bienestar (o, como nos dicen, el que sea sostenible).