sábado, 28 de agosto de 2010

LA EDUCACIÓN PÚBLICA INFRADOTADA



Si una de las misiones del Estado Social es la de velar por ofrecer a los ciudadanos una verdadera y real igualdad de oportunidades, ofereciéndoles los instrumentos y conocimientos para que puedan desarrollarse como personas y dentro de un entorno competitivo, parece lógico hacerse la siguiente pregunta: ¿ofrece la educación española tal igualdad de oportunidades? Una condición para que se de esta igualdad de oportunidades es que todo español pueda acceder al máximo de educación posible, sin más limitaciones que las de su propia capacidad inetelectual.


Lo más llamativo, analizando datos objetivos, es que en España se destinan pocos recursos públicos a educación. El gasto público promedio (como porcentaje del PIB) es de 5, 64 % en la UE, en España es solo el 4,96 %, según datos de la OCDE. Este bajo gasto es causa de la polarización de la educación en España, dónde los jóvenes proocedentes de familias con rentas altas van a las escuelas privadas, mientras que los procedentes de familias de las clases populares van a las escuelas públicas. Tanto la pobreza de recursos de la enseñanza pública como la polarización de la enseñanza en España tiene mucho que ver con el dominio histórico (durante la dictadura de Franco y se prolonga a nuestros días) que las fuerzas conservadoras (incluída por supuesto la jerarquía católica), han ejercido en la estructuración de la enseñanza en nuestro país. Estas fuerzas conservadoras, con el Capital detrás, siempre han pretendido construír un ejército de ciudadanos incapaces que los hijos de las clases dominantes pudieran domesticar bien, y todo ello se ha hecho y se sigue buscando con la alarmente precariedad de medios y de método de la enseñanza en España. Un dato llamativo, en la década de los noventa del siglo XX, el número de estudiantes de clase obrera en la universidad española representaba el 10,7 % del total. Además, dentro del espacio universitario estos tienden a concentrarse en las carreras de ciclo corto y diplomaturas, mientras los hijos de familias con rentas altas lo hacen en las licenciaturas.


Continúa persistiendo una clara y buscada desigualdad de oportunidades entre los ciudadanos a la hora de acceder a la educación, por lo que falla el Estado Social y, por ende, la propia democracia.


Hoy, continúa teniendo plena vigencia aquella expresión de Bernard Shaw que ironizaba que la cuidadosa y meticulosa selección de los padres por parte de los ciudadanos es la medida más importante para explicar sus oportunidades.

viernes, 27 de agosto de 2010

LA SANIDAD PÚBLICA EN EL DISPARADERO


No hace mucho el Sr. Biel, vicepresidente del Gobierno de Aragón, se descolgaba con unas declaraciones en las que, literalmente y con estas mismas palabras decía: “La sanidad es muy cara”. Interesada declaración en medio de un debate tan artificial como interesado. Interesado porque hay datos que deliberadamente no forman parte del debate político ni mediático, pero que están contrastados y solo hay que buscarlos y publicarlos, claro. El gasto sanitario en España es el 5,8 % de su Producto Interior Bruto (PIB) y es uno de los más bajos de toda la UE, cuya media es el 6,8 %. En España, el 20 % de ese gasto sanitario se dedica a gastos farmacéuticos, uno de los países que más lucra a esa Industria. Si excluimos el gasto farmacéutico del gasto total sanitario se desprende que el gasto de nuestro país en la sanidad es el 4,6 % del PIB, el más bajo de la UE. La calidad científico-técnica de nuestra sanidad pública es de las más altas del mundo desarrollado, y por supuesto más alta que la de la sanidad privada. Hay una falta de recursos grave en nuestra sanidad pública. En España hay dos trabajadores y profesionales sanitarios por cada cien habitantes, uno de los porcentajes más bajos de la Europa occidental. En la UE hay seis de esos empleados públicos por cada cien habitantes. La conclusión es que no hay debate en los términos que plantean algunos. Simplemente con destinar a la sanidad pública lo mismo que la media de los países de la UE, el artificioso, antisocial e interesado debate sobre el copago de la sanidad se extinguirá. Los datos que he dado están sacados de informes de la OMS y de la Comisión Europea, y pueden ser contrastados.

miércoles, 18 de agosto de 2010

CONTRADOCTRINA SOCIAL Y ECONÓMICA

Me permito recomendar en éste blog dos estudios rigurosos que ayudan a entender España desde el punto de vista social y económico, y una entrevista al profesor Vicenç Navarro. Lo que pasa es fruto de lo que ha pasado y conforma una estrategia global tendente a favorecer las rentas del capital. Para ello hay que deteriorar muchas instituciones. Un estudio se llama "Alternativas a la austeridad fiscal en España", de Mark Weisbrot y Juan Montecino - http://hl33.dinaserver.com/hosting/juantorreslopez.com/jtl/images/stories/pdf/informe_cepr.pdf y el otro "Finanzas, trabajo y acomodación social en la España constitucional", de Armando Fernández Steinko - http://www.altereconomia.org/docs/Steinko.pdf.
La entrevista al profesor Navarro se hizo el 23 de julio de 2010, y la podéis encontrar siguiendo el siguiente enlace: http://www.blip.tv/file/3934880. Actualmente es Catedrático de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad de Pompeu y Fabra de Barcelona (España). Es también profesor de Políticas Públicas en The Johns Hopkins University de Baltimore (EE.UU.). Dirige también el Observatorio Social de España.

PSICOLOGÍA DE LA HUELGA GENERAL DEL 29-S (y II)

El debate que está suscitando en la España conservadora la huelga general del 29 de septiembre de 2010 es apasionante. Cuando me refiero a la España conservadora pienso en la clase empresarial, en los herederos venidos a menos de nobles e hidalgos, en los beneficiarios (y sus herederos) de las prevendas del régimen anterior, en los herederos de los latifundistas, en los actuales rentistas, y en suma a los que pondrían a los referentes de la izquierda en un paredon, si pudieran. No pienso en los miles de trabajadores o pequeños autónomos que votan opciones de derechas.

Esa España se debate entre dos deseos confesables y fuertes a la vez. Desean con todo su ser que la huelga general sea un éxito sin paliativos al tiempo que desean que sea un auténtico fracaso, y por motivos distintos, claro.

Como en 1988 y en 1994, ésta España brama por un cambio en el Gobierno de nuestro país. El suicidio político de Zapatero, que ha cargado contra los que le auparon a la presidencia, extiende la alfombra roja de la Moncloa al próximo ganador del Congreso del Partido Popular. Entonces, el cambio contaba con la inestimable ayuda, como ahora, de la crisis y el desempleo, los focalizados casos de corrupción que afectaban a cargos del PSOE, las Filesas, Malesas, Time Export y alguna otra cosa. Con todo, que duda cabe que el cambio era liderado por un diario de tirada nacional. Parte de la España de la que hablamos, la mayor parte, se debatía entre la oportunidad de que la huelga fuera un instrumento de desgaste definitivo del PSOE de entonces que provocara un vuelco electoral. Por contra, hacer todo lo posible para que la huelga fuera un fracaso podrían mermar esas posibilidades. También el fracaso de la huelga dilapidaría la imagen de los sindicatos convocantes, debilitando la acción sindical en el plano general, local y empresarial, algo muy atractivo para la España de la que hablamos.

Sin duda pudo más el afán de aupar al poder a "los suyos" a la Moncloa y a los gobiernos de las comunidades autónomas, que su deseo de que la huelga general fuera un fracaso y así debilitar el movimiento sindical.

Más del noventa por ciento de las empresas en España emplean a cinco o menos trabajadores, por lo que uno puede hacerse cargo del casi siempre insuperable poder que tiene el empresario, o en quién éste lo delega, con respecto a los trabajadores. Los ve todos los días, les paga, es su jefe y su padre. El amo. De ahí que estos cientos de miles de trabajadores miren al jefe antes de hacer nada, y más antes de secundar una huelga general.

Los empresarios fueron cooperadores necesarios en el éxito de esas huelgas generales. La desproporción entre los trabajadores que realmente hicieron huelga y los descuentos practicados en las cotizaciones de la Seguridad Social arrojaron datos espectaculares. Esto es, no poniendo en cuestión que las cifras de seguimiento fueran inexactas, la explicación reside en que lo que se produjo generalizadamente fueron cierres patronales. Fueron los empresarios los que obligaron a los trabajadores a secundar una huelga, de no haberse producido ese cierre, podrían o no haber hecho. Unos empresarios, con una palmada en la espalda, "invitaban" a sus trabajadores a marcharse a su casa, prometiéndoles el pago del salario de ese día y otros, los más ruines, indicando lo mismo y descontando del salario la parte proporcional a ese día. Para los empresarios, el desgastar la imagen y el prestigio de los sindicatos convocantes por mor de que la huelga fuera un fracaso quedaba para mejor ocasión. Eran otros tiempos, tiempos en los que el diario ABC elegía anualmente al sindicalista del año.

Hoy, la España de la que hablamos puede matar, en sentido figurado, dos pájaros de un tiro. Puede insetar el último clavo en el arca de Zapatero, al tiempo que sus voceros a sueldo pregonan a los cuatro vientos el fracaso de la huelga. Con la imagen de los sindicatos en mínimos históricos, más por el éxito mediático de los mensajes en contra de ellos que por deméritos de éstos, la clase empresarial y en general la España conservadora no tiene que mover un dedo. Más bien harán lo que le apetece, amenazar a los posibles huelguistas jugando con su sustento y el de sus familias. Los de la España de la que hablamos ni necesitan ahora que la huelga general sea un éxito. No necesitan ni eso para que sus esbirros asalten el Palacio de la Moncloa. Con ver el panorama de una Izquierda dándose palos y mirar desde el palco tiene suficiente. Lo demás lo hará el Capitalismo salvaje y un Gobierno que está convencido de que el recorte del gasto público, la reforma de las pensiones, el abaratamiento del despido, la degradación de las instituciones laborales y la degradación de los derechos de los trabajadores son las únicas recetas para relanzar la economía. Lo triste es pensar que la economía se relanzará cuando el Capital quiera, una vez haya utlizado sobre todo a los Gobiernos de la Unión Europea para conseguir sus fines. Un mundo global en el que las rentas del capital sigan abriendo brecha con respecto a las rentas del trabajo, y en el que los servicios públicos y el Estado del Bienestar acaben en manos del Capital, y encima los más débiles tengan que gastar parte de su salario en costeárselos.


miércoles, 4 de agosto de 2010

PSICOLOGÍA DE LA HUELGA GENERAL DEL 29-S


Es curioso, aunque no soprendente, el debate que se ha iniciado en la Izquierda sobre si la huelga general convocada por UGT y CC.OO. es oportuna o no. Y digo en la Izquierda porque el debate que ha suscitado en la España conservadora debe ser objeto de otro análisis, aunque los dos estarían íntimamente ligados.

Cada persona individual, cada trabajador, puede pensar una cosa u otra, si es oportuna o no, pero buceemos en los motivos, en el caso que quiero analizar, por los que un trabajador que está de acuerdo con que existen motivos más que sobrados para hacerla, y que tiene pocas dudas sobre la oportunidad de la fecha, predica precísamente lo contrario. Estos son legión.

Está claro que no es fácil ponerse en la tesitura de secundar la convocatoria de huelga, teniendo en cuenta la infinidad de prejuicios y falta de conocimiento que los trabajadores tienen sobre el ejercicio de éste derecho fundamental. ¿Me pueden despedir después de hacer huelga? ¿Tengo que comunicar al empresario que voy a hacer huelga? ¿Tengo que responder al empresario si me pregunta si voy a hacer huelga? ¿Qué pasa si solo hago yo huelga? ¿Qué hago ese día si hago huelga? ¿Cual es el salario que me van a descontar por el día de huelga? ¿Qué dirá mi pareja se hago huelga o si no la hago? ¿Me va a poner en evidencia entre mi familia y amistades decir si voy a hacer o no huelga? ¿Hacen huelga también los sindicalistas y, si la hacen, les descontarán el salario de ese día? ¿Puedo pedirme vacaciones o día de asuntos propios ese día? ¿Pueden coger horas sindicales los representantes de los trabajadores ese día? ¿Deben existir en la empresa en la que trabajo servicios mínimos? Todas estas y muchas más son las frecuentes preguntas de los trabajadores cuando se van ante tamaña tesitura, y muchas de ellas circulan por muchos foros.

¿Es por ésto por lo que un trabajador individual decide decir si la huelga es oportuna o no?Para alguien que sistemáticamente no participa en movilización alguna y se muestra indiferente antes las adversidades de la colectividad, aunque en su fuero interno sepa, aunque niegue, que también él está afectado, la valoración que hace de la convocatoria de huelga en ésta fecha es negativa, pero en el fondo no lo hace porque esté en desacuerdo con los motivos de la huelga ni por la fecha elegida, simplemente busca una excusa dialéctica con su interlocutor y marca el terreno, y además de forma vehemente y preferentemente atacando a los convocantes. En esencia, se da cuenta de la deriva que están llevando las grandes conquistas sociales en España, y se da cuenta de que no es una deriva local, que todos los países desarrollados transitan por ese camino. Este trabajador individual, dominado por el miedo y el egoísmo, tiene un fuerte debate moral, y como nadie está exento de ser dominado, en menor o mayor grado, por estas servidumbres, debemos entenderlo y comprenderlo. Claro, pero éste trabajador que está dominado por el miedo y el egoísmo, y que los exterioriza como válvula de escapa y método de autojustificación, es muy peligroso para los intereses de la huelga. Este trabajador busca insistentemente el tema de conversación ya que tienen que justificarse con cuantas más personas mejor, y proyecta sus inseguridades y miedos atacando a lo que tiene más cerca, y a los que no puede alcanzar. Los que tiene más cerca quizá sean los representantes de los trabajadores, o un vecino que sabe que es de un sindicato, sea de los convocantes o no. Este trabajador, aún en su fuero interno compartiendo los motivos de la huelga e incluso la fecha elegida, predica contra los sindicatos, verbaliza que la huelga debería haber sido convocada hace más de un año y comenta que él no pierde un día de salario por una huelga convocada por una pandilla de parásitos sociales. Y extiende la mancha.

Este modelo psicológico de trabajador es el que puede estar haciendo más daño a los inetereses que enmarcan la huelga, y parece que debería ser un foco de trabajo constante, desde el respeto y la comprensión de la condición humana, de cualquier trabajador que haya vencido miedos y prejucios. Los convocantes no deberían darse vacaciones en esa misión trascendental si quieren asegurar parte del éxito de la huelga.