miércoles, 14 de julio de 2010


COMUNICACIÓN

Es la hora. Los sindicatos mayoritarios UGT y CC.OO. han convocado huelga general para el 29 de septiembre de 2010. Para cualquier ciudadano que comparta los valores universales de la Izquierda, sobran los motivos. Lo curioso del asunto es que existe un amplio y preocupante desconocimiento de las masas de trabajadores y autónomos dependientes sobre las razones de la huelga general y la ofensiva ultra-liberal que barre el mundo de polo a polo. Y es que, los ciudadanos de izquierdas, nos damos por informados por unos medios de comunicación que solo responden a los inetereses del Capital. Las tertulias en televisión, en menor grado los informativos, en las que ejércitos de trabajadores embobados fijan sus ojos, sirve bien a sus objetivos, denostar y desprestigiar a los últimos bastiones de la lucha obrera tradicional. También lo hacen columnistas que, con su trabajo, contribuyen diariamente a la destrucción de la profesión de informador. Una profesión en la que, para prosperar, escribir en medios de gran tirada, salir en televisión y hablar en las tertulias radiofónicas, hay que perder la dignidad, o gran parte de ella. Hay cientos de buenos profesionales silenciados, recogiendo faxes y mirando correos electrónicos a los que nunca veremos, ni oiremos, ni firmarán columnas. Muchos de ellos se significan o se han significado como defendores de la causa de los trabajadores y han, muchos sabiéndolo, renunciado a su carrera profesional.

¿Que podemos hacer contra esto? Cierto es que la erótica que despliega el Capital es más fuerte que la que puede imprimir el hecho sindical o la defensa de los valores universales, por lo que los periodistas lo suelen tener claro. Además, sus empleadores, se preocupan muy mucho de amenazar, velada y no veladamente, con el despido, con expedientes de regulación de empleo y con cosas aún peores. Es por ello que, una vez que los periodistas tienen instrumentos para canalizar sus inquietudes más nobles, y generalmente no lo hacen, nos debe preocupar como obtiene el ciudadano de Izquierdas la contrainformación, para lo que es clave el uso de internet. También es necesario, hoy más que nunca, la afiliación de los trabajadores como método para obtener esa contrainformacióin, y que los sindicatos se vuelquen en el uso indiscriminado del correo electrónico, de las redes sociales, las páginas web, los blogs, y que todo ello sea una tarea organizativa de primer orden. Es vital y les va la vida en ello.

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