viernes, 23 de julio de 2010

SE HAN QUITADO LA CARETA


Por fín. Los grupos parlamentarios PP y CiU han presentado las enmiendas parciales al Real Decreto Ley 10/2010, de 16 de junio, de medidas urgentes para la reforma del mercado de trabajo. Ya estamos viendo por qué el principal partido de la oposición negaba las bondades de la reforma. Para ellos, como para la CEOE, la reforma laboral se ha quedado corta. Una reforma laboral que no da la puntilla definitiva a las normas laborales de derecho mínimo necesario no sirve. Se trataría, según ellos, de aprovechar la coyuntura económica, la apatía de la Izquierda y el miedo insuperable de la clase trabajadora para incluso atentar contra derechos fundamentales como el derecho de huelga.
Bien sabe el lobbie PP-CEOE que el ejercicio del derecho de huelga no es un problema fundamental, y que cercenarlo ni favorece la creación de empleo ni la actividad económica. ¿Es que alguien puede sostener lo contrario? La huelga, precísamente por asuencia de regulación clara y garantista para los trabajadores (no olvidemos que se regula por un decreto preconstitucional que fue anulado en gran parte por el tribunal que interpreta la Carta Magna), es un instrumento infrautilizado. Las razones son claras. La apatía, la incultura y el miedo insuperable de la clase trabajadora en España, junto con una alarmante falta de empuje en muchas estructuras sindicales y dentro de la representación legal de los trabajadores. La indefinición jurídica, o la interpretación torticera y sesgada de los empresarios y poderes públicos, del concepto "servicio esencial para la comunidad" nos lleva a abusos indecentes. Prácticamente en cualquier huelga que se convoca que afecta directa o indirectamente a un servicio público, aunque no sea esencial para la comunidad, apercen los servicios mínimos, y no lo hacen precísamente para minimizar el impacto que la huelga puede tener en la Sociedad, sino para de facto destruir sus efectos. ¿No es esto extremadamente grave? ¿No es grave que nadie ponga el grito en el cielo hablando de un ataque grave, medido y sistemático contra un derecho fundamental? Se gasta más saliva y más papel en hablar de otros derechos fundamentales (libertad de información, de credo, protección al honor, a la intimidad,...), que a debatir sobre la planificación antidemocrática, y practicada por empresarios y administraciones, de destrucción del derecho fundamental de huelga.
Se trata, en suma, de que ni eso puedan hacer los trabajadores. Que el deber de negociar, no de llegar a un acuerdo, que impera en la negociación colectiva, se lleve hasta sus últimas consecuencias, incluso cuando se plantean cesión de derechos para los trabajadores. Y que, por supuesto, cuando se llega a ese punto, los trabajadores no puedan sino firmar cualquier cosa para obtener, de una parte, el reparto de las migajas del "amo" a cambio de algún derecho consolidado.
El partido de los trabajadores ha hablado.

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